lunes, 6 de septiembre de 2010

El niño no nacido

A finales del siglo XV, el artista, científico, inventor, escultor, pintor y humanista, Leonardo da Vinci ya esbozaba lo que dentro del seno materno el niño era capaz de sentir. Las influencias que los sentimientos y emociones de la madre ejercían sobre el bebé, y sobre cómo éstos comenzaban a modelar la personalidad del niño.
Estos planteamientos fueron adquiriendo posteriormente un aval más científico a medida que se iban desarrollando estudios e investigaciones que ponían de manifiesto la relación simbiótica madre-niño.
Aún seis siglos después continúan existiendo quienes cuestionan estos resultados e insisten en imponer la idea de que el niño intrauterino no oye, siente ni ve. Muy probrablemente, después sean quienes deseen hacer uso de modelos conductistas para conseguir un "mejor desarrollo del niño", ignorando, o cuanto menos restando importancia, a los sentimientos propios del niño y no respetando sus procesos.
Lo único que hace falta es dejar paso al curso natural de la vida sin insistir en dirigir, manipular y controlar desde fuera, ejerciendo nuestra maternidad/paternidad desde el amor y el respeto más profundos, naturales e instintivos.
Entre sus Cuadernos, Leonardo da Vinci escribía esto:

"La misma alma gobierna los dos cuerpos... las cosas deseadas por la madre a menudo quedan grabadas en el niño que la madre lleva en su seno en el momento del deseo... una voluntad, un supremo deseo, un temor o un dolor mental que la madre siente tiene más poder sobre el niño que sobre ella, dado que frecuentemente la criatura pierde su vida por este motivo."

Núria i Josep

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